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La conformación de biocampos es básicamente una armonización pura del organismo. En otras palabras, por regla general no se modifica nada en la zona de interferencia, sino que se proporcionan al cuerpo las frecuencias equilibradoras correspondientes.

La base para entender este tipo de armonización ambiental la proporciona la biorresonancia. Paul Schmidt ya reconoció y describió científicamente a principios de la década de 1970 que todo lo que nos rodea, así como sobre todo en nosotros mismos, vibra en frecuencias muy específicas. Cada frecuencia tiene dos polaridades, más y menos. Si se produce un desequilibrio en uno de los valores de frecuencia, es decir, un cambio de polaridad, surge la desarmonía y posteriormente, por lo general, la enfermedad.

Por ejemplo, si una persona permanece en una zona de irritación -por ejemplo, causada por una vena de agua-, la polaridad cambia en una o varias frecuencias específicas y el cuerpo se debilita. Si conoce los valores de frecuencia correspondientes, puede ponerlos a disposición del cuerpo en la habitación con ayuda de resonadores especiales o como pura información. Los formadores de biocampos más conocidos los suministra la empresa Rayonex, cuyo fundador fue el propio Paul Schmidt.

El enfoque de la Serie Duplex es hacer que todo el espectro de frecuencias de las zonas de interferencia geopática esté disponible en ambas polaridades de la habitación. Debido a la ley de resonancia, el cuerpo sólo utiliza lo que necesita. En otras palabras, si hay déficit de una polaridad positiva en una determinada frecuencia, se la suministra directamente o puede ayudarse de ella. Con la conformación de biocampo FM, los conformadores de biocampo BIOGETA® FM consiguen incluso equilibrar las polaridades del cuerpo -en el caso de la radiación terrestre y la contaminación por electrosmog-, así como eliminar de forma mensurable el espectro de las zonas de interferencia geopática.

Además del nivel de regulación específico de los formadores de biocampos FM, el principal foco de atención en el desarrollo de la Mudule fue el factor energético.

¿De qué sirve un sistema que ordena al cuerpo sentir de forma diferente determinados campos de radiación, o incluso un sistema que consigue contrarrestar una zona de interferencia mediante contravibraciones adaptables individualmente, si el valor energético, muy bien definible por el valor Bovis, permanece en un rango que vibra más bajo que el ser humano?

Debido a la ley de la entropía negativa, las personas pierden energía vital en tales campos. En otras palabras, independientemente del espectro de radiaciones nocivas, el valor energético del lugar debe elevarse al menos a un valor neutro, pues de lo contrario ya no pueden tener lugar importantes procesos de regulación en el organismo. ...

Si está activado un interruptor de aislamiento de red o un desacoplador de red, el Biofeldformer no debe enchufarse en la habitación no cerrada.

En tales casos, un bio-wafer o un repetidor de biocampo son muy adecuados como complemento. De este modo, las zonas de interferencia se eliminan localmente bajo las respectivas camas, mientras que el repetidor de biocampo FM proporciona compensación en un lugar central durante el día.

Sin embargo, algunas de las frecuencias de compensación llegan a las zonas de dormitorio a pesar del desacoplador de red. Y esto a través de los cables de las habitaciones vecinas o de las habitaciones de abajo.

En algunos casos, esto es incluso suficiente para borrar por completo las zonas de interferencia durante la noche, incluso sin barrera biológica.

Los módulos no consumen nada. El núcleo de silicio hace oscilar la información a través de una membrana sobre un conductor y, por tanto, sobre la corriente de la casa.

La energía que necesita el módulo es la propiedad vibratoria natural del núcleo cristalino.

Se trata de energía casi libre, porque permite la oscilación del núcleo. Básicamente, todo cristal -incluido el silicio- vibra gracias a la energía cósmica libre.

Básicamente, hay dos formas de construir este tipo de módulos. La primera posibilidad -sin entrar en detalles- sería que cierta información se almacene en un soporte, en este caso el núcleo de silicio del módulo, y luego se libere al entorno.

La segunda posibilidad es instalar simplemente una instrucción en el núcleo, según la cual se genera un determinado campo una y otra vez. Esto es comparable a un recorrido vectorial, en el que se definen los puntos inicial y final y la distancia entre ellos se construye una y otra vez. Esto permite escalar los vectores arbitrariamente sin perder calidad, mientras que un mapa de bits, por ejemplo, se compone de puntos de píxel que se difuminan rápidamente al ampliarse.

En comparación con los formadores de biocampo FM, éstos están construidos como un vector. Esto significa que mientras el núcleo pueda oscilar, se acumulará una y otra vez un campo constante sin perder calidad.

Si alguna vez sientes que la potencia ha disminuido, desenchufa el módulo y camina con él por el piso durante unos minutos. Esto reactivará el núcleo y le permitirá volver a liberar todo el espectro de frecuencias.

Sin embargo, al utilizar el desacoplador de red que se adapta a los módulos, esto ya no es necesario y el módulo permanece permanentemente en oscilación.

La base de los módulos es el silicio. Se trata más o menos de un microchip con una pequeña escofina.

El silicio tiene una estructura cristalina y es capaz de almacenar la información y las instrucciones más finas e implementarlas en consecuencia. Por eso el silicio se utiliza en la industria informática y los cristales de cuarzo en los relojes, por ejemplo.

La ventaja de un critsall de silicio es su propiedad de oscilación. Por tanto, es el transmisor perfecto para hacer resonar la información de regulación en el circuito.

Una pregunta que se plantea muy a menudo se refiere al grosor de los módulos. Es importante entender que el tamaño recomendado de los módulos depende de la distribución de tamaños del circuito y de las resistencias que haya en él (derivaciones, fusibles, etc.).

No es que un módulo más grande produzca "más energía", sino que tiene más volumen y vibra con más fuerza. Pero se trata de la misma estructura de información. El objetivo es eliminar las zonas de interferencia existentes mediante interferencias, equilibrar el cuerpo en las polaridades y elevar los valores "negativos" de Bovis al nivel ambiente.

Por tanto, es posible utilizar un módulo de tamaño L en un piso pequeño sin problemas. En caso de duda, siempre aconsejamos coger el módulo más grande en lugar del más pequeño.

Por regla general, suele ocurrir que, a más tardar 4 semanas después de la puesta en funcionamiento de un módulo Biogate, ya no hay indicios de exposición a venas de agua, rejillas de tierra o electrosmog NF o electrosmog HF en el organismo.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que hayan desaparecido todos los síntomas surgidos hasta ese momento. Esto suele tardar un poco más.

El Biofeldformer FM equilibra las polaridades y las zonas "negativas" de vibración para que ya no perdamos energía, nuestras células no se despolaricen y el sistema nervioso vegetativo esté equilibrado.

La nueva serie de módulos actúa muy suavemente, de modo que probablemente sólo notará al cabo de unos días que le gustaría permanecer más tiempo en la cama y que está descansando en general.

En los primeros días puede incluso haber cierta inquietud, ya que el cuerpo a menudo tiene que acostumbrarse primero al cambio de campo vibratorio.

SÍ El efecto principal de un formador de biocampo FM se produce en el circuito del contador de la vivienda correspondiente. La experiencia demuestra que el contador es una resistencia demasiado grande para que la información se transfiera a través de él al resto de la corriente de la casa.

Sin embargo, si tiene vecinos directos, también pueden beneficiarse de su campo de vibración equilibrado a través de los cables tendidos en sus paredes. Lo mismo se aplica a los pisos de arriba.

Sin embargo, no cabe esperar ni mucho menos el mismo efecto que si el módulo está activo directamente dentro del círculo de la carcasa.

Básicamente, no importa dónde se enchufe el módulo, ya que la información de regulación se modula sobre los 50 Hz de la corriente doméstica y, por tanto, se distribuye por toda la casa / piso.

La experiencia demuestra que los mejores resultados se obtienen si el módulo se enchufa en la misma planta que los dormitorios o el salón.

Recomendamos enchufarlo directamente a una toma de pared libre y sólo a una toma múltiple en caso de emergencia.

Para calcular el tamaño correcto, es importante entender cómo funciona el formador de biocampo. Modula un paquete de información en los 50 Hz de la red eléctrica y así se distribuye por toda la casa, o dentro del circuito del contador. Esto significa que no sólo hay que añadir las habitaciones ocupadas, sino también otras habitaciones por las que pasen cables. Por ejemplo, habitaciones del sótano, garajes, cocheras y/o el ático. Para este último, suele bastar con calcular 1/3 de la superficie total del ático, porque normalmente sólo sube una tubería. Lo mismo se aplica a la mayoría de los garajes. Sin embargo, si se transforma el ático, debe incluirse con la superficie total del piso.